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La obesidad en

perros y gatos

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Los amantes y propietarios de perros y gatos están cada vez más concienciados con la dieta y alimentación de sus mascotas. Sin embargo, según un estudio publicado en el año 2020 “uno de cada tres propietarios de perros o gatos no reconoce cuándo su animal tiene sobrepeso”. Por ende, en este artículo trataremos la importancia de controlar su dieta y peso, puesto que ellos mismos no pueden escoger qué consumir y la responsabilidad recae plenamente en nosotros.

En este artículo hablaremos de cómo reconocer si una mascota sufre esta enfermedad, qué es exactamente la obesidad y cómo actuar frente a ella.

 

¿QUÉ ES IMPORTANTE CONOCER? 

La obesidad en perros y gatos es una de las enfermedades nutricionales más comunes a partir del año de edad. Esta patología puede describirse como una acumulación de grasa en el cuerpo debido a una consumo superior de calorías a las que el animal pueda gastar. En resumen, se considera que la obesidad es un factor de riesgo cuando la grasa corporal es suficiente como para producir una enfermedad; concretamente cuando los perros superan el 30% del peso estándar de su raza, mientras que en los gatos sería más de un 20% de su peso ideal. 

 

¿Cuáles son las causas?

No existe una respuesta clara sobre las causas de esta patología. Podría tratarse de razones neurológicas, metabólicas, fisiológicas, hormonales, genéticas, patologías endocrinas, trastornos de comportamiento, sobrealimentación; aunque también pueden estar sujetas a variables como la edad o el sexo. La esterilización, que ya predispone el organismo a padecer sobrepeso, también es un factor a tener en cuenta. La poca actividad física y el tipo de alimentación son grandes condicionantes. Debemos tener en cuenta que las alergias o intolerancias alimentarias también pueden influir en estado y peso de nuestros animales, independientemente de que coman dietas crudas o pienso seco.

 

¿Qué riesgos supone padecer obesidad?

Asimismo, algunos de los riesgos a los que se someten son: diabetes, lipidosis hepática, trastornos cutáneos, ortopédicos y articulares; problemas cardio-respiratorios y con las vías urinarias, infertilidad y distocia, cáncer, mayor riesgo al calor y a la actividad física, etc. Por ende, debemos prestar mucha atención y saber reconocer los síntomas antes de que sufran algunas de las complicaciones mencionadas.    

 

¿CÓMO SABER SI NUESTRO PERRO O GATO SUFRE DE OBESIDAD? 

Antes de exponer los diferentes síntomas, es de vital importancia mencionar que se requiere de una inspección o chequeo veterinaria si sospechamos que nuestra mascota puede sufrir alguno de ellos: 

  • El volumen corporal del perro o gato ha aumentado considerablemente sobrepasando el estándar recomendado; debemos fijarnos en el área lumbar, la cadera, las costillas, la base de la cola, etc. El procedimiento idóneo es realizar una palpación de las zonas mencionadas.
  • El comportamiento del animal también puede darnos muchas pistas, pueden experimentar cierto rechazo a la actividad física, disminución de sus movimientos habituales. También puede producir alteraciones en el sueño, dificultades respiratorias, apatía, pasividad, etc. 

 

¿CÓMO PUEDE PREVENIRSE Y QUÉ SOLUCIONES EXISTEN? 

Para controlar si nuestro perro o gato se encuentra en su peso ideal, debemos llevar un seguimiento del mismo. 

Para prevenir y mantener su salud y bienestar, el factor más importante a tener presente es establecer una dieta. Resulta fundamental ir adaptando su alimentación a las distintas etapas fisiológicas, puesto que las necesidades nutricionales que influyen en la salud van cambiando a lo largo de su vida. También es crucial que no consuman alimentos ricos en grasas y azúcares, así como no alimentarlos a base de las sobras de sus dueños. 

Otro gran aspecto es la actividad física. Se requiere que los perros y gatos realicen ejercicio de forma regular para un correcto desarrollo y mantenimiento de su peso.    

Cabe destacar que si el animal ya se encuentra en los límites del sobrepeso, siempre se deben seguir las instrucciones de un veterinario. La pérdida de peso es el primer paso para la evolución favorable de esta patología; la dieta a seguir deberá ser regulada y establecida por un veterinario especialista en nutrición animal. No obstante, hay que remarcar que la pérdida de peso así como el incremento de actividad física debe ser un proceso gradual.   

Una buena pauta acompañada siempre de la supervisión de un profesional, es necesaria para el correcto desarrollo del estado físico de nuestros amigo de cuatro patas.